martes, 22 de febrero de 2011

LA HEGEMONÍA AMERICANA






Propongo un método para calibrar la jerarquía de las naciones: están las que determinan los acontecimientos mundiales - asumiendo un margen de imprevisión y fracaso-, y están las que se adaptan a ellos como pueden una vez que han ocurrido. En este sentido, la revuelta de Egipto constituye un síntoma desastroso para el Leviatán occidental. Y muy particularmente, para Obama, que ha vuelto a convertir la retorica en la prótesis de su instrancesdencia ejecutiva.

Si hace apenas unos días, cuando en los sucesos egipcios aún quedaba un resquicio de incertidumbre, la Casa Blanca todavía se negaba a motejar a Mubarak de dictador, ahora que la plaza de tharir ha vencido, el Obama más ventajista da por amortizado al socio devenido en tirano y ensaya comparaciones improvisadas con mitos de la libertad como la caída del Muro.

Con la misma soltura, de prevalecer Mubarak y ser dispersados los manifestantes, Obama habría celebrado un retorno a la estabilidad en la nación amiga. En lo que concierne a Egipto, esta presidencia americana, desbordada por la historia y lastimosamente empeñada en adaptarse a ella cuando ya ha ocurrido, podría haberse apropiado de la célebre frase de Cabanillas; Vamos a ganar nosotros. Lo que aún no sabemos es quienes somos nosotros.

El muro de Berlin no cayó solo, ni lo tiró una revuelta popular. Colapsó porque en EEUU fueron determinantes;" Yo también soy berlinés", y ganaron la Guerra Fría. Como antes al nazismo, junto a británicos y sovíeticos. Ahí queda hecha la descripción de un siglo XX en el que EEUU, aun con sus turbiedades morales y sus dictaduras de contención, se implicaba y decidía el discurrir de las cosas como si ejerciera la capitanía de una civilización  cuyos principios eran los de las democracias. En ocasiones pudo equivocarse e incluso perder, pero jamás desertó. La América del siglo XXI, la de Obama, contempla cómo los sucesos que forjan el mundo ocurren sin pedirle permiso, y no le queda sino el recurso de hacer frases bonitas y oportunistas con las que alinearse con el vencedor y tapar la evidencia de que tarde a todo. Este síntoma de decadencia sin duda alegrará a los obsesos del antiamericanismo que aún mantienen vivo el resentimiento comunista. Pero debería inquietarnos. Desde hace miles de años, desde antes de la guerra también bipolar del Preloponeso, el mundo se ha acomodado a una hegemonía que irradiaba valores.


Y entrados en el siglo XXI, uno sigue prefiriendo la hegemonía estadounidense a lo que podrían irradiar otras ejercidas por China o La Yihad. Y no otra cosa sino eso colmaría el vació americano, que va ahondandose mientras Obama hace frases de trilero.

6 comentarios:

  1. no se que decirte algunos preferiran el satatus cuo actual y seguramente esos que tienen la sangre roja preferiran la idea comunista de la China ....yo me quedaria con que cada uno fuese libre de elegir donde quiere jugar y con quien aun que si por obligacion me tengo que decantar mejor con los USA pero los USA de la era reagan

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  2. Hawai, hay gente que vive en su mundo de "SIWOOL", un viejo maestro me enseñó..."el pez grande se come al pequeño"


    buen viento y mejor botin

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  3. Ya no controlan el mundo tanto como antes. En general, el estado-nación es una fórmula que ya empieza a no funcionar.

    Por lo demás, algo tiene que decir para dar apariencia de control, aunque nadie se lo crea.

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  4. Me temo Pepe, que donde esta dejando de funcionar es sobre todo en Hispanistan, ellos se siguen sintiendo una nación ,tienen a la VI Flota pa lo que haga falta, mira lo que te digo Pepe...te imaginas a los chinos comprando los recursos mundiales de materias primas? ¿te los imaginas comprando la cosecha mundial de grano? tu crees que España puede competir ante una escased generalizada de recursos que provoque una competencia feroz de precios? NO no puede, pues ese es el futuro proximo, o nos espabilamos o al carajo¡¡ ale a vender turismo al estilo de Santo Domingo, sencillamente en el siglo XXI y ante los estados emergentes, el que no sea un estado fuerte, se quedará en el tercer mundo.

    buen viento y mejor botin

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  5. No hay terceros mundos, ni EEUU ni occidente. Todo es cuestión de dinero. Los vaisas gobiernan, y si el medio para la felicidad es doloroso, lo asumen.
    No hacen todo con maldad moralista.
    No existen los estados, los politicos van a sobrar dentro del nuevo orden mundial, al menos tal como los conocemos.
    Y entre uno malo y otro peor, no escojo a ninguno.
    La opción del menos malo es la peor opción. castra la creatividad y el salto evolutivo.
    Que el barco este capacitado para sortear tormentas, o que se quede en puerto, salvo si sale para costear......

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  6. Jinquer, nos ha cortado 3.5oo años el actual orden mundial, no es facil la comunicación con 7000 millones de humanos, si ya en si es dificil comunicarse imaginate el ponernos todos de acuerdo

    no le digas a un pobre, a un pobre de verdad, que no hay tercer mundo, es un consejo

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