viernes, 5 de agosto de 2011

El guerrero de cristal

Bajo el guerrero de cristal me escondo yo, me llamo Unai, soy hijo del capitán y artífice de los comienzos de esta poderosa nave que conocemos como las naves de Orión. Llevo tiempo sin pasearme por la cubierta, tiempo sin dedicarle un minuto a mi camarote, hoy os dejo un atisbo de lo mas oculto que guardo dentro de el, os regalo un guiño a mi interior para volver a ver brillar este blog en el espacio exterior . No hay política, no hay critica, simplemente unos cuantos desechos sentimentales.

Gigoló


Acción para tu reacción. Soy consciente del ser que llevo dentro, totalmente reactivo a una vida normalmente complaciente. Muevo diez dedos por cada uno que mueve esta vida por mi, tengo poco rencor a pesar de saber que la mayoría de cosas que viví, fueron gracias a un estimulo que percibí y del que nunca huí. No tengo miedo ni respeto por mi amor propio, estiro mi vida para sentir al dormir el opio insano de una vida perfumada con locura. Una vida embadurnada con dolores y placeres solo aptos para el que entrega los deberes calientes a unos especiales clientes.
Ando de frente, me giro en la esquina, me impactan miles de torrentes, aguas que sobrevienen mojandome derrepente, lluvia indecente para el que se cree muy decente tras sentirse falsamente seguro tras unos barrotes a los que llaman ser coherente. Me suda la frente, tengo mi primer acto indecente, se baja del coche mientras miro sus bonitos y caros zapatos, observo como viaja desnuda tras un abrigo con un dorado broche, tengo que ponerme a trabajar, hay que empezar a desvariar, tengo que dejar la cabeza en otro sitio para pronto acabar, no hay tiempo para pensar. La llaman vieja tentación, otros simplemente susurran cuando pasa algo con pasión, me quiere contratar, me la ha venido a arrebatar, mi cordura y razón piensa que me ha de robar, creo que me pone demasiado pensar en el placer que me va a regalar si me dejo por dentro, dulcemente urgar.
Abro ese abrigo que solo unos pocos podemos tocar para descubrir un mar, dos pechos enormes y un sensible ombligo de pecado mas que plausible, una matriz mas cuidada y delicada que la de una mismísima emperatriz, unas piernas que te hacen llegar mas al fondo del mundo contra mas profundo es el pensamiento que le dedicas sin pensar, amargo pensamiento que te puede hacer masturbar un corazón dormido por un acto ajeno que un dia aturdido le dejo.
Así es ella, dulce locura con olor a tentación, la clienta favorita de este hombre puto adicto a su perversión. La cara de mi dulce clienta ostenta la picardía, contenta al mas intoxicado por una imaginación de hombre alocado que la ha hecho pasear por su entrepierna sin dilema.
Mirada con sigilo acompañada de unos labios enfurecidos con tanta falta de atrevimiento si no hay por medio un momento alcoholizado y perversamente cruento con tu hígado.
Llega el momento esperado, a solas, mi lengua provoca olas en la calma de una noche de verano, se de verdad que no soy insano por dejarme llevar siendo yo el veterano.
LLamarme poco puritano, alocado y sublime en el disfrute del pecado, pero no pienso desperdiciar un cliente como ella, llama a mi puerta constantemente, me paga con felicidad simplemente, de duele su intensidad esporádicamente, pero es lo que tiene ser un gigoló loco y demente, me dejare cautivar una y otra vez por esa clienta llamada pasión, le seré servicial y todo lo haré al son de un instrumento que solo suena bajo la llamada de un extrema sensacion placentera.
Soy un loco gigoló empleado de su propia locura que piensa llevar al extremo su imaginación, que rozara su aparato con cada contrato sin final que le exija hacer una locura por una siniestra señora llamada sin razón, seré la puta que se deje un poco de dignidad por vivir un poco mas.
No me dejare contratar por la decepción, esperare en mi esquina una nueva idea que me contrate, una que a mi mente rapte y ponga en peligro la tranquilidad de un corazón que adora cierta infección con anticuerpos que nadan en una sangre que bombea en mil dirección sin razón.

Soy el gigoló que busca su puta, seré la tarta en tu nevera, el diario secreto que habla de ti en mi maletero, el billete de avión sin retorno en día de verano con bochorno o simplemente las alas para recorrer 300 km por unas buenas noches que te quieren a ti antes que mil faldas, soy el que vende su alma por una vida sin calma, soy cliente de la vida, te sigo esperando pequeña, mientras cuidare de mi esquina, a ver si de vez en cuando un poco de locura, se arrima.

Soy caro con la decepción, barato con la ilusión.
Un hombre sin deudas que un día dejara de cobrar para pagar con placer.

Os invito a todos a visitar el guerrero de cristal.

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